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Sesiones individuales de musicoterapia

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Los beneficios de la terapia a través de la música (musicoterapia) como recurso de intervención en problemas y trastornos logopédicos y psicológicos son bien conocidos y ampliamente utilizados en los entornos psicosocial, sanitario y educativo.

En BlaBla incorporamos los recursos creativos, lúdicos y terapéuticos de la música para, a través de sesiones individuales o en grupo -dependiendo de las necesidades y características de nuestros pacientes-, facilitar la consecución de objetivos terapéuticos, rehabilitadores y preventivos.

¿Qué beneficios aporta la musicoterapia en la terapia individual?
  • Niños preverbales: antes de desarrollar el lenguaje, los niños adquieren una serie de prerrequisitos comunicativos esenciales para la comprensión y expresión verbal: uno de los más importantes es la «intención comunicativa». Algunos de los trastornos del desarrollo más habituales tienen su origen en un deficiente desarrollo de esta intención comunicativa que limita en gran medida la aparición del lenguaje verbal. El poder motivador de la música es tal que, a través de las actividades basadas en distintos ritmos y melodías, el niño encuentra la necesidad de comunicar.
  • Niños y adultos con dificultades en la fluidez del lenguaje: el empleo de herramientas facilitadoras de la fluidez es clave en trastornos en los que está comprometido el ritmo del habla y en los que el objetivo principal es lograr una prosodia suave, rítmica y sin cortes que favorezca la desaparición de los bloqueos. La música es una herramienta eficaz para facilitar la adquisición de un patrón de habla lenta, fluida y melódica, mejorar la sensación de control sobre la misma y fomentar la motivación del paciente.
  • Niños con dificultades atencionales y de memoria: a través de ejercicios psicoterapéuticos de complejidad creciente -atención a determinados estímulo sonoros, adivinanzas y juegos rítmicos, memorización de estribillos y secuencias musicales, dramatizaciones…-, potenciamos la atención sostenida y entrenamos la memoria auditivo verbal, estrechamente relacionada con el desarrollo de los aspectos comprensivos y expresivos del lenguaje.
  • Niños con hiperactividad u otros trastornos de control de la conducta: mediante la música y de actividades musicales tipo go-no go potenciamos la capacidad del niño de inhibir o no conductas (aprender a respetar turnos, por ejemplo) -una de las principales dificultades en este tipo de pacientes- en función de determinadas consignas establecidas por el terapeuta. Estas actividades se complementan con el aprendizaje de técnicas de relajación que mejoran la capacidad de autocontrol.
  • Niños con mutismo: la música es un excelente facilitador en niños que tienen capacidad para comunicarse verbalmente pero que, por motivos generalmente emocionales, no lo hacen. En estos casos es importante desviar el foco de atención para que el niño no sienta la presión expresa o implícita de tener que hablar. A través de la música creamos un entorno comunicativo «no verbal» que propicia la comunicación libre de exigencias y que, precisamente por ello, favorece la aparición de verbalizaciones. El niño asocia el habla con una experiencia positiva y relajante, lo que ayuda a la paulatina desaparición del miedo a hablar o de la respuesta de ansiedad asociada con el habla.
  • Niños con trastornos emocionales: la música no requiere de la intervención consciente: nos permite inducir y recrear determinados estados emocionales que ayudan al niño a verbalizar sus deseos y sentimientos, pero también a expresarlos a través del lenguaje corporal y gestual, lo que aporta valiosa información al profesional, en particular, en el caso de niños que por su edad o especiales características, no pueden comunicarse verbalmente. Esto proporciona un doble beneficio: el niño toma conciencia y aprende a reconocer esos sentimientos y el terapeuta cuenta con una eficaz herramienta de detección que le permite llevar a cabo, posteriormente, la oportuna intervención.
  • Niños con problemas de motricidad: Ejercicios de relajación y respiración, coordinación visomotora, estimulación sensoriomotriz, control postural, lateralidad, ritmo… la musicoterapia, por su gran poder motivador e inmediatez, nos permite concebir ejercicios y actividades que aúnan la vertiente lúdica con la rehabilitadora. Esta característica la hace también especialmente indicada en el tratamiento de trastornos cerebrales y lesiones adquiridas.
 
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