Sí, el frenillo lingual corto puede afectar significativamente no solo a la articulación de la letra «r», sino también a la producción de otros fonemas. Esta estructura es un pequeño pliegue de tejido que conecta la parte inferior de la lengua con el suelo de la boca y, cuando es demasiado corto o poco elástico, limita la movilidad de la punta de la lengua.
Esta restricción de movimiento impide ejecutar los gestos articulatorios necesarios para producir correctamente sonidos alveolares como la /r/ o la /l/, y dentales como la /t/ o la /d/. En estos casos, la lengua no puede colocarse en la posición correcta ni vibrar adecuadamente, lo que genera distorsiones o sustituciones en la pronunciación.
Para mejorar esta situación, es recomendable llevar a cabo una terapia miofuncional que ayude a flexibilizar y tonificar la musculatura orofacial, favoreciendo así una mayor amplitud de movimiento lingual. En casos más severos, puede ser necesaria la valoración conjunta con un especialista médico para determinar si procede una intervención quirúrgica complementaria.
Una detección temprana y una intervención logopédica adecuada son clave para prevenir posibles alteraciones en la articulación del habla y evitar compensaciones innecesarias en el desarrollo del lenguaje.