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Taquilalia y taquifemia

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La taquilalia, una de las manifestaciones de la taquifemia, es un trastorno específico de la fluidez del habla que se caracteriza por un ritmo excesivamente rápido y atropellado y, con frecuencia, de un discurso desordenado. Existe tal desproporción entre el pensamiento y la capacidad de movimiento de los órganos periféricos del lenguaje, que el habla puede llegar a ser ininteligible. Con frecuencia se acompaña de otras manifestaciones similares a las de la disfemia (tartamudez), lo que puede inducir a confusión entre ambos trastornos:

  • Ritmo irregular
  • Dificultad para organizar pensamientos
  • Articulación imprecisa
  • Sustitución, omisión y acortamiento de fonemas y sílabas, en particular, al final de la frase
  • Confusión de palabras
  • Uso de muletillas
  • Bloqueos y repeticiones
  • Descoordinación fonorrespiratoria
  • Voz monótona, sin acompañamiento emocional
  • Tendencia a interrumpir al interlocutor
  • La disfluencia no se acompaña de tensión muscular y movimientos asociados

El niño con taquilalia es poco consciente de su forma de hablar excesivamente rápida. Por lo general, a diferencia del disfémico<, no muestra ansiedad a la hora de comunicarse. Su habla se acelera y atropella en situaciones en las que se siente más desinhibido y relajado (con su familia y amigos, por ejemplo) -o cuando está cansado o excitado-, y mejora en condiciones que exigen mayor autocontrol por su parte y le hacen más consciente de su discurso. Esta característica también se observa durante la lectura: lee peor aquellos textos que ya conoce o que ha preparado. De la misma forma, el niño bilingüe muestra un discurso más inteligible cuando habla en la lengua que no es la materna y sobre la cual tiene, por tanto, menos dominio. Con frecuencia, la taquilalia coexiste con la disfemia.

Al igual que ocurre con otras alteraciones en el ritmo del habla (disfluencias), se desconoce la causa específica del trastorno pero todo parece indicar una combinación de factores:

  • Neurológicos y hereditarios: la taquifemia se relaciona con una disfunción en la conexión interhemisférica, con inmadurez del sistema nervioso central y con la afectación de áreas lingüística y senso-motoras. Las investigaciones señalan un componente genético, aunque quizás menos obvio que en la disfemia. Sin embargo, dado que el niño tiende a imitar el habla de sus padres, no puede descartarse la simple imitación.

  • Psicológicos y emocionales: la taquifemia se relaciona con una personalidad impulsiva, hiperactiva y extrovertida. Dado que con frecuencia se observa la existencia de trastornos emocionales o afectivos, algunos autores lo consideran más una manifestación de una personalidad nerviosa que un trastorno en sí.

La terapia logopédica se basa principalmente en la concienciación de la velocidad e inteligibilidad del habla como forma de favorecer el autocontrol por parte del propio afectado, complementada con ejercicios que potencien la mejora del ritmo y la prosodia, del tono muscular, la movilidad oral, la amplitud articulatoria y la coordinación fonorrespiratoria.

El comportamiento del niño con taquilalia puede ser muy variado. Hay niños a los que no parece afectarles su dificultad mientras que en otros se agrava la sintomatología a medida que aumenta su necesidad de comunicarse y muestran tendencia a evitar la interacción con sus compañeros y al aislamiento. La intervención psicológica en este caso es fundamental para evitar el bajo rendimiento escolar y el desarrollo de conductas desadaptativas.

En cualquier caso, el cometido principal del profesional es mantener y trasladar los logros alcanzados durante la terapia al entorno familiar, escolar o laboral.


 

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