Aunque utilizadas habitualmente por los docentes de forma espontánea, el uso planificado de estas estrategias generará mejoras significativas en el rendimiento académico de los alumnos con TDAH (u otras necesidades especiales).
Libertad de elección de aprendizaje (instructional choice)
Consiste en ofrecer al alumno dos actividades parecidas entre las que elegir. También podemos dejar a su elección con quién desea realizar esa tarea, dónde o con qué materiales.
Ventajas:
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▶️ Elevado impacto emocional y motivacional.
▶️ Permite trabajar la toma de decisiones desde muy pronto.
Oportunidad equitativa de participación
Tiene por propósito garantizar la oportunidad de responder a todos los alumnos y que ese cometido no recaiga siempre en los estudiantes más aventajados.
Funcionamiento:
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1️⃣ El docente reflexiona sobre qué tipo de preguntas acostumbra a formular, con qué frecuencia las plantea y quienes suelen responder a las mismas. A partir de ahí, establece un número determinado de oportunidades de respuesta (por ejemplo, siete veces durante la clase).
2️⃣ En cada una de esas oportunidades, todos los alumnos anotan en un papel la respuesta que consideran correcta.
3️⃣ A continuación, el docente pide al conjunto de la clase que muestre sus respuestas simultáneamente.
4️⃣ Por último, ofrece retroalimentación positiva a los alumnos.
Ventajas:
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▶️ Evita la estigmatización de los alumnos que no contestan por vergüenza o por miedo a hacerlo mal.
▶️ Proporciona una visión más precisa del nivel de conocimiento y de comprensión de la clase.
▶️ Aumenta la motivación y la atención: los tiempos prefijados de respuesta no toman por sorpresa a los niños con TDAH.
Elogio específico
Es frecuente que el profesor y otros adultos presten atención a las conductas negativas, en tanto que las conductas positivas pasan desapercibidas. Sin embargo, sabemos que reforzar lo positivo es más eficaz que castigar lo negativo.
Funcionamiento:
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1️⃣ El profesor analiza las dificultades del alumno y define las conductas concretas que desea reforar.
2️⃣ Registra esas conductas, así como el refuerzo que aplicará cada vez que el alumno las realice. En función de las características del estudiante, el refuerzo puede ser:
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▶ Positivo, como un sistema de puntos o recompensas.
▶ Negativo, como retirar una tarea prevista para casa, por ejemplo.
3️⃣ Cada vez que el alumno realiza la conducta deseada, recibe el refuerzo.
Ventajas:
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▶️ Genera grandes dosis de motivación.
Los refuerzos deben ser continuados, por la simple razón de que los niños con TDAH requieren estímulos más intensos que sus compañeros normotípicos.
Les recordaremos con frecuencia las reglas de aplicación del refuerzo, porque es probable que las olviden.
Si el refuerzo pierde efectividad por habituación, lo reemplazaremos por otro.
Y no lo olvidemos: funciona mucho mejor premiar el esfuerzo realizado que recurrir a las amenazas de castigo.
marzo 11, 2025
