¿Qué es la hipocondría?
Quien padece hipocondría o trastorno de ansiedad por enfermedad, como se denomina esta condición en la versión actualizada del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5), manifiesta una preocupación excesiva por su salud y un miedo exacerbado a contraer una enfermedad grave.
Vivir en alerta constante
La persona vive en estado permanente de alerta y necesita comprobar constantemente el buen funcionamiento de su organismo y la ausencia de enfermedad. Por regla general, calificará de alarmante cualquier síntoma por nimio que sea (incluso aunque se trate de sensaciones corporales normales) y experimentará, por consiguiente, un temor desproporcionado.
Esto le lleva a someterse a chequeos médicos repetidos y a acudir a los profesionales de la salud, una y otra vez, en un intento de obtener una explicación tranquilizadora a esos síntomas. Pero esta tranquilidad dura poco. Dado su estado de alerta, pronto identificará nueva sintomatología, lo que le llevará a realizar nuevas comprobaciones, en un círculo inacabable que terminará afectando a su vida personal, profesional y social.
Puede darse el caso contrario: que la persona evite acudir al médico para no correr el riesgo de que le encuentre «algo malo».
Estrategias que no ayudan: comprobación y evitación
La persona con trastorno de ansiedad por enfermedad trata de paliar sus miedos mediante comportamientos repetitivos de comprobación o evitación. Estas estrategias inadecuadas ante un pensamiento intrusivo, además de su escasa eficacia para atajar los temores, no hacen más que mantener y reforzar el problema.
Diagnóstico diferencial
Antes de diagnosticar este trastorno, el profesional de la psicología debe descartar cualquier otro diagnóstico que explique mejor la sintomatología presentada como, por ejemplo, el trastorno de pánico o de ansiedad generalizada.
¿Cómo se trata el trastorno de ansiedad por enfermedad?
El tratamiento más eficaz suele ser la intervención cognitivo-conductual. Esta técnica ayuda a identificar y cuestionar los pensamientos catastrofistas sobre la salud, a reducir los comportamientos de comprobación y a mejorar la tolerancia a la incertidumbre. En algunos casos, puede combinarse con tratamiento farmacológico.
Las técnicas de regulación emocional, manejo del estrés y entrenamiento en atención plena también han demostrado ser un complemento eficaz a la intervención cognitivo-conductual.
Algunos hipocondríacos famosos
El trastorno de ansiedad por enfermedad no está relacionado con la falta de conocimiento ni con el nivel de inteligencia. Personas brillantes, como Charles Darwin o Marcel Proust, vivieron atrapadas en este temor constante a enfermar. De hecho, muchas personas con hipocondría conocen a fondo el funcionamiento del cuerpo o han buscado información exhaustivamente, pero eso no alivia su ansiedad.