Leer no te hace mejor persona, pero sí más libre
Llevo tanto días oyendo hablar del comentario sobre la lectura realizado por una conocida influencer, que no he podido resistirme a escucharlo directamente de boca de la autora para conocer de qué se trataba.
Debo reconocer que coincido con ella en lo de que leer no te hace mejor persona ni garantiza el virtuosismo moral. De hecho, dudo mucho que la lectura de Mein Kampf, la obra más representativa de Adolf Hitler, mejore el sentido ético de nadie. Pero sí creo que esa persona subestima la importancia del pensamiento crítico tan vinculado con la lectura.
El ejercicio de leer es exigente: requiere razonamiento, atención sostenida, comprensión de significados complejos, además de la comparación de ideas y reorganización de esquemas mentales mediante la integración con las experiencias y conocimientos previos. Esto implica un esfuerzo cognitivo muy superior al que demandan formatos más inmediatos como redes sociales, vídeos cortos o titulares sensacionalistas.
Procesamiento profundo frente a juicios apresurados
La lectura favorece el procesamiento profundo -aquel que requiere del análisis, la comparación y las inferencias- frente al procesamiento superficial, más centrado en lo inmediato, emocional o llamativo. El consumo rápido de medios audiovisuales o digitales tiende a activar el sistema heurístico, mucho más intuitivo y, por consiguiente, más dado a los juicios apresurados y con menos espacio para el escepticismo.
La lectura se relaciona estrechamente con el pensamiento reflexivo: nos ofrece tiempo para detectar contradicciones y nos permite considerar las cosas desde distintas perspectivas y reorganizar nuestra propia visión del mundo. Incluso cuando leemos textos con los que no estamos de acuerdo en absoluto -véase el Main Kampf al que hacía referencia en el primer párrafo-, el simple hecho de confrontar esas ideas con las nuestras potencia nuestra capacidad de análisis.
Beneficios cognitivos de la lectura
Así que sí: leer no convierte a nadie en buena persona, porque los contenidos leídos también pueden ser dañinos, falsos o manipulados. Pero ofrece el innegable beneficio de potenciar nuestras habilidades metacognitivas -la capacidad de pensar sobre lo que pensamos-. Y esta es una condición clave para cuestionarnos la información recibida, discriminar entre lo que se nos cuenta y enfrentarnos a la manipulación.
Entiendo que muchas personas tienen dificultades para leer o problemas de comprensión lectora, lo que hace que eviten los textos escritos. Y entiendo y respeto que la lectura no tiene por qué gustar a todos. Pero creo que todo el mundo debe tener al menos la ocasión (y recibir los apoyos necesarios) para poder disfrutar de los muchos beneficios cognitivos que esta aporta, por no hablar del placer de conocer experiencias y mundos muy distintos a los nuestros.
La autora del breve vídeo vincula la lectura con aspectos que nada tienen que ver con ella (virtuosismo) y, sin embargo, pasa por alto sus muchas ventajas reales, en particular, para niños y jóvenes en desarrollo. Pero un argumento que destaca solo aquello que apoya nuestra teoría haciendo caso omiso del resto, resulta cuando menos sesgado y, por consiguiente, engañoso.
Quizás si hubiese dedicado más tiempo a la lectura sería capaz de exponer sus argumentos de forma mucho más sólida e imparcial.