Todo niño pasa por una etapa (en torno a los 2-3 años) en la que pone a prueba a sus progenitores y a los adultos de su entorno para determinar hasta dónde puede llegar. Este comportamiento es parte del desarrollo normal y suele estar relacionado con la búsqueda de autonomía y el establecimiento de límites.
Es habitual que durante la infancia y la adolescencia se den episodios de oposición, enfado o desobediencia. Estos forman parte del proceso natural de maduración emocional y social. Sin embargo, el problema surge cuando el comportamiento desafiante, provocador u hostil hacia figuras de autoridad se vuelve persistente, intenso y desproporcionado para la edad del niño, interfiriendo seriamente en su vida familiar, académica y social.
En estos casos, puede ser recomendable consultar con un especialista para valorar la posible presencia de un trastorno negativista desafiante (TND). Este trastorno se caracteriza por un patrón constante de ira, discusiones frecuentes, actitud retadora y resentimiento. Es una de las comorbilidades más frecuentes en niños y adolescentes con TDAH, aunque también puede aparecer de forma independiente.
julio 21, 2015
