La lateralidad del niño viene determinada por la dominancia de uno de los dos hemisferios cerebrales. Cada hemisferio controla los procesos sensoriales y motores del lado opuesto del cuerpo y está especializado en funciones distintas.
Hacia los siete años de edad, el niño suele mostrar una preferencia definida por un lado del cuerpo. Si está correctamente lateralizado (lateralidad homogénea), la mano, el pie, el oído y el ojo dominantes estarán en el mismo lado. Diremos que el niño es «zurdo» si utiliza preferentemente su lado izquierdo, y «diestro» si lo hace con el derecho.
Aunque la lateralidad está condicionada por factores genéticos y epigenéticos, la plasticidad del cerebro humano permite cierta especialización a través del aprendizaje o por influencia del entorno. Esto explica, por ejemplo, que algunos niños zurdos hayan sido forzados a usar la mano derecha para escribir, pese a que su hemisferio dominante siga siendo el derecho.
No existe una relación directa causa-efecto entre lateralidad contrariada y alteraciones del desarrollo. Sin embargo, los niños en quienes se ha producido una «inversión obligada» de funciones cerebrales presentan un mayor riesgo de dificultades espaciales, problemas para gestionar el tiempo o alteraciones relacionadas con el aprendizaje, la atención o la conducta.
| Tipo de lateralidad | Características | Implicaciones posibles |
|---|---|---|
| Lateralidad homogénea diestra | Dominancia del hemisferio izquierdo. Uso preferente de mano, ojo, pie y oído derechos. | Es el tipo más frecuente. Generalmente no presenta dificultades añadidas. |
| Lateralidad homogénea zurda | Dominancia del hemisferio derecho. Uso preferente de mano, ojo, pie y oído izquierdos. | No implica alteraciones, aunque puede haber dificultades de adaptación en un entorno diseñado para diestros. |
| Lateralidad cruzada o contrariada | Diferentes partes del cuerpo son dominantes en distintos lados. Ejemplo: mano derecha y ojo izquierdo. | Puede dificultar la lecto-escritura, la organización espacial, la coordinación y provocar fatiga mental. |
| Lateralidad contrariada adquirida | El niño ha sido obligado a cambiar su dominancia natural (por ejemplo, zurdo obligado a usar la mano derecha). | Mayor probabilidad de trastornos del aprendizaje, atención, orientación o conducta. |
febrero 12, 2015
