Los trastornos del habla y del lenguaje son dificultades relativamente comunes que pueden tener un impacto significativo en el desarrollo del niño. Además de dificultar la comunicación con padres, docentes y compañeros, estos trastornos suelen interferir con la adquisición de habilidades básicas como la lectura y la escritura, especialmente durante los primeros años escolares.
En ausencia de una intervención adecuada, estos problemas tienden a perpetuarse a lo largo del desarrollo del niño, generando consecuencias no solo académicas, sino también emocionales. A menudo, el niño se siente frustrado, inseguro o desmotivado, lo que puede derivar en un bajo rendimiento escolar.
Por eso, es importante identificar estos trastornos a tiempo y ofrecer una atención especializada que permita al niño desarrollar plenamente su capacidad comunicativa y afrontar con éxito los retos escolares.