Inicio   Logopedia   La disfonía profesional

La disfonía profesional

Logopedas y psicólogos especializados en problemas del lenguaje nos encontramos frecuentemente con profesionales que acuden a nuestra consulta angustiados porque su herramienta de trabajo -la voz- sufre alteraciones (ronquera, debilidad, pérdida parcial) que, en los casos más extremos, pueden llegar a impedirles el desempeño de su profesión y es motivo de múltiples incapacidades laborales transitorias.

Voz y docencia: cómo cuidar la herramienta de trabajo

Hasta un 50% de los docentes desarrollarán disfonía a lo largo de su carrera. Un mal uso de la voz puede transformar una disfonía funcional en una patología orgánica.

El caso paradigmático de disfonía profesional lo encontramos, sin duda, en el colectivo docente. Es tal la frecuencia de disfonías entre los profesores que esta alteración recibe la consideración de enfermedad profesional en la actual Ley de Riesgos del Trabajo.

La lista de factores que pueden desencadenar esta patología es muy amplia y abarca desde los puramente  ambientales (ruido ambiente, sistemas de aire acondicionado, falta de humedad, entornos polvorientos o mal ventilados), a los procesos crónicos (laringitis, faringitis, alergias), los traumatismos vocales (exceso de carraspeo, tos), los hábitos (tabaquismo, alcoholismo, consumo de fármacos), las alteraciones orgánicas (nódulos, pólipos, hiperqueratosis), los factores psicológicos (estrés laboral, tensión emocional) o los factores funcionales (mal uso o abuso de la voz).

mujer hablando por un megáfono para que se le escuche

El profesor que se ve obligado a hablar durante horas, día tras día, con una intensidad elevada, para hacerse oír por los alumnos, adoptando posturas corporales inadecuadas (que dificultan el movimiento de los músculos respiratorios y del aparato fonador) y, con frecuencia, en un entorno expuesto al polvo de tiza, realiza un sobreesfuerzo vocal continuado que hará que, lo que en principio comienza siendo una disfonía funcional, termine degenerando en una disfonía orgánica.

Más allá de medidas preventivas como controlar el polvo, la humedad, la ventilación o reducir el ruido y la sobrecarga de trabajo, es importante que el docente:

  • Conozca cómo funciona su voz y cómo utilizarla sin esfuerzo excesivo.
  • Aprenda técnicas de proyección, respiración y relajación para hablar con un tono e intensidad adecuados.
  • Adquiera hábitos saludables para evitar la fatiga vocal y el estrés.
  • Mejore su postura corporal para facilitar el trabajo de los músculos respiratorios y del aparato fonador.

Solo así podrá proteger su voz, prevenir disfonías recurrentes y mantener su herramienta de trabajo en óptimas condiciones.


 

No se admiten comentarios.

Powered by Docxpresso
¿Qué quieres saber?
💬 ¿Necesitas ayuda?
Bla-Bla
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?
Ten en cuenta que la respuesta puede no ser inmediata si nos llamas a partir de las 20:30. Te responderemos lo antes posible :-)