Disgrafía

La disgrafía es un trastorno psicomotor que se manifiesta como una dificultad para coordinar los músculos de la mano y del brazo en niños que no muestran retraso neurológico o intelectual que lo justifique. Con frecuencia, el niño disgráfico sujeta el lápiz con demasiada fuerza y adopta una postura incorrecta, espacia de forma inconsistente las letras o palabras, muestra mala comprensión de las mayúsculas y las minúsculas, su caligrafía es deficiente (letras demasiado grandes o demasiado pequeñas, incapacidad para respetar el renglón o los márgenes), comete múltiples errores ortográficos y muestra dificultades para expresar sus pensamientos por escrito. Hasta los 6 o 7 años no podemos hablar de disgrafía.

La disgrafía puede tener su origen en un trastorno de lateralización, de eficiencia psicomotriz o de expresión gráfica del lenguaje.

Diferenciamos entre las disgrafías adquiridas (lesión neurológica posterior al aprendizaje de la lectura como resultado de un traumatismo o accidente cerebral) y las disgrafías evolutivas (dificultades en el aprendizaje de la escritura sin razón objetiva para ello).

Dentro de las disgrafías evolutivas encontramos:

Disgrafía fonológica: se ve afectada fundamentalmente la vía fonológica. El niño tiene mayores dificultades para escribir pseudopalabras que palabras y es frecuente la lexicalización (transforma las pesudopalabras en palabras con las que está familiarizado).

Disgrafía superficial: se ve afectada la ruta léxica. El niño escribe correctamente las pseudopalabras y las palabras de ortografía no arbitraria. Experimenta problemas, sin embargo, para escribir palabras irregulares con ortografía arbitraria, lo que le lleva a cometer múltiples errores ortográficos. Presente, además, dificultades para escribir palabras homófonas o poligráficas y escribe con lentitud.

Disgrafía mixta: es la más habitual ya que las dificultades para adquirir una ruta dificultad el aprendizaje de la otra.

Signos de alarma

  • Alteraciones en la forma de las letras.
  • Irregularidad en el tamaño de las letras.
  • Espaciamiento deficiente e irregular entre letras, palabras y renglones.
  • Inclinación del papel inestable o defectuosa.
  • Sujeción (pinza) incorrecta del lápiz o presión inadecuada sobre el papel con la otra mano o ambos.
  • Trastorno en la fluidez del ritmo escritor.
  • Dificultades en la estructuración espacial.
  • Alteraciones tónico-posturales.

Posibles causas:

  • Dificultades en la motricidad fina.
  • Problemas de lateralidad.
  • Deficiente integración del esquema corporal.
  • Metodología inadecuada: primar la velocidad del trazo, no prestar atención a la forma en como el niño sujeta el lápiz, no corregir posturas forzadas en el niño zurdo (posición de gancho)…
 

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